miércoles, 25 de febrero de 2009

El sueño de ser maestro

1 comentario:

  1. El maestro nace y no se crea. Al igual que aunque tengas hierro y madera no puedes hacer un martillo, aunque tengas las herramientas necesarias, aunque tengas todos los conocimientos del mundo, si en tu interior no está el ser maestro, si no amas esta profesión, no puedes nunca serlo. Al igual que una persona que no soporta la sangre no puede ser médico, una persona que no ama a los niños, que no tiene una esperanza por un futuro distinto, quien no cree que en el hombre existe la bondad desde su nacimiento, quien no siente que el mundo siempre va a ir a mejor si tu lo quieres, quien no está dispuesto a entregar su vida a la educación, ese no debe de ser maestro. Al igual que el hombre del relato, mis padres siempre me han cuestionado el motivo de ser maestro. Es cierto que podría ser otra cosa, que tendría la oportunidad de ser un buen abogado, o de tener un buen cargo en un partido político, o haber sido un ingeniero o un economista de prestigio, que tengo mil puertas abiertas, mil manos dispuestas a alzarme hacia la dirección que yo escoja, pero yo ya he escogido mi dirección, yo quiero ser maestro, yo quiero dedicar mi vida a ayudar a los demás desde la educación, aportar mi granito de arena para forjar un mundo mejor. Puede que mi nombre nunca sea recordado, que no exista un edificio con mi nombre, o que no tenga una casa increíble, pero tendré algo aun mayor, seré feliz.

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